Fue gobernador de su estado natal Tamaulipas, ocupó la secretaría de gobernación en el gobierno de calles. A la muerte de Obregón fue el encargado de convocar a elecciones. Durante su mandato se otorgó la autonomía a la Universidad; apaciguó el levantamiento de José Gonzalo Escobar convocado en el plan de Hermosillo; negoció el término de la lucha cristera y en marzo de 1929 coadyuvo a la constitución del partido Nacional Revolucionario. En el periodo de Ortiz Rubio, ocupó la Secretaría De Gobernación y fue el primer representante mexicano ante la liga de las naciones.
Cuando Emilio Portes Gil asumió su cargo de presidente provisional de la república acababa de cumplir treinta y siete años. Era por consiguiente, uno de los presidentes más jóvenes de la historia política de México, aunque su cargo habría de durar sólo catorce meses. En un acto insólito en el Estadio Nacional, se efectuó la transmisión del poder presidencial y el joven presidente provisional.
Portes Gil declaró que el problema electoral que estaba a las puertas debía ser resuelto por los partidos políticos en pugna y de ninguna manera por el poder ejecutivo; la lucha entre ellos servía para “desvincular la política de la administración, y para impedir, que el estado se convierta en elector”. Él pensaba dedicar todas sus energías a resolver los problemas de las masas trabajadoras particularmente los de los obreros y los campesinos. Constituye uno de los puntos principales del programa de la oposición anti reeleccionista: la expedición de una ley reglamentaria del artículo 123 que federalizaría unificando la legislación laboral. Antes de terminar su mandato, portes enviará al Congreso un proyecto de código federal del trabajo.
Su mayor problema, desde el principio hasta el fin, fue el poder político del general calles que se manifestó a Portes Gil de modo siniestro cada vez que tuvo ocasión de tomar una determinación de gobierno.
Simplemente Calles decidió y preparó, sin interferencias ajenas, la designación de Portes Gil como presidente provisional de México, El presidente Portes Gil fue un instrumento del general Calles para gobernar a la República, sin responsabilidad de parte suya.
El primer acto de su gobierno que dio a conocer a Calles fue la designación, según la misma cuenta, de su gabinete. Después de que Portes Gil tomara el poder Elías Calles publicó un manifiesto en donde convocan a los sectores revolucionarios del país para construir un partido que recogiera los ideales del movimiento armado esta convocatoria tuvo una grandiosa unión puesto que delegados de 148 partidos de 28 estados de la república crearon el Partido Nacional Revolucionario (PNR) cabe mencionar que este partido es el antecesor del (PRI).
Portes Gil, en general, gobernó bien el país y se significó por enfrentarse a los conflictos que se presentaron durante su régimen o que había heredado de los anteriores buscando en la mayoría de los casos soluciones políticas, conciliadoras. esa característica no le abandonó ni siquiera cuando se trató de la rebelión de los militares escobaristas, que el intento conjurar por todos los medios antes de que estallara; desde luego, el que su gobierno derrotara totalmente y en muy poco tiempo a los infidentes, constituyó un éxito político extraordinario, si bien la rebelión de marzo de 1929 estuvo muy lejos de tener la entidad y la peligrosidad de la huertista de 1923. Fue sin duda alguna el mayor peligro al que se enfrentó el régimen revolucionario durante la gestión de Portes Gil. Trato también de que la campaña electoral no degenerara en la violencia e intentó por todos los medios a su alcance proteger a los vasconcelistas de las agresiones de esbirros gubernamentales y caciquiles, sí que al final de cuentas pudiera conseguirlo el problema más difícil, sin embargo, al que tuvo que dar la cara el presidente Tamaulipeco fue el conflicto religioso, que desde 1926 venía ensangrentado al país en el centro y en el occidente y había dado una pésima imagen al régimen de la revolución Mexicana en el exterior, especialmente en los Estados Unidos.
PNR.
A fines de 1929 se había puesto en claro dos cosas para la clase política mexicana: el PNR se había consolidado como partido y el general Plutarco Elías Calles era el “jefe máximo” de la revolución sobre estos dos hechos iba a desarrollarse la vida política del país y su negación o rechazo habría de implicar, quedar eliminado, él había que tomar en consideración, una serie de actores políticos, menores si se les compara con Calles. Ortiz Rubio y Portes Gil representaban una capacidad de movilización política. La representaban también los generales fuertes: Amaro, Cárdenas, Cedillo, Almazán y acosta, entre otros. Calles y Portes Gil fueron los creadores y los consolidadores del PNR.
La pugna sorda que les oponía se diluyó con la presencia de Pascual Ortiz Rubio y lo que se dio llamar el ortizrubismo, apareció durante la campaña presidencial de 1929. La única posibilidad de supervivencia política que le quedaba a Portes Gil era aceptar una alianza con calles: los portesgilistas, a pesar de las diferencias ideológicas que les separaban del “jefe máximo”, se convirtieron en callistas.
En cuanto llegó a la presidencia, e incluso durante su gira electoral Pascual Ortiz Rubio intentó sacudirse la vigilancia y las órdenes callistas.
El gobierno de Ortiz Rubio iba a encontrarse, como consecuencia de esa situación, en una crisis política permanente que había de manifestarse en todos los escenarios; en el congreso, en el partido, en el gabinete.
Calles salió de México en mayo de 1929 después de haber acabado con los opositores externos del PNR y dejó el campo libre para que Ortiz Rubio midiese sus fuerzas con las de Portes Gil. Había decidido marcharse y dejar imprecisa su postura política para reservarse la posibilidad de convertirse, al regresar al país, en “el hombre necesario”.
En función de lo anterior resulta evidente el interés que demostraban los diferentes grupos por controlar esas comisiones, ya que en ello les iba su supervivencia política. Los que consiguieran la hegemonía podría aniquilar al grupo contrario sin mayor dificultad. de ahí que la lucha sostenida en el seno del Congreso fuera solo parte de una más amplia y de nivel nacional. El resultado habría de afectar a todas las esferas de poder y por eso se veían obligados a definirse complicando con ello el panorama político nacional.
Por un lado se encontraban los que trataban de fortalecer al presidente electo y para que durante su mandato contase con un congreso leal. Este grupo estaba formado por los ortizrubistas y por los callistas convencidos de que calles deseaba ejercer el continuismo político a través de Ortiz Rubio. era el denominado Blanco el otro era el rojo, procuraba formar un congreso que encontrar su guía o su fuerza en cabezas políticas independientes del presidente en funciones, y que consideraba más fuertes y confiables. en este grupo estaban los portesgilistas y los callistas persuadidos de que calles no pondría a Ortiz Rubio como presidente constitucional sin perder influencia, por ello consideraba lógico que apoyarse a Portes Gil para neutralizar al anterior.
Antes de salir para Europa, había dejado Calles en México a una persona de su absoluta confianza esta persona fue Manuel Pérez Treviño, presidente del CEN del PNR. Por ese motivo Pérez Treviño mantuvo una posición “neutra” hasta la vuelta de calles, en este momento ya tomó partido.
Los dos grupos habrían de recurrir para consolidarse a todos los elementos a su alcance. A los blancos no se les caía de la boca el nombre del presidente electo que significaba, como ya se ha dicho, casi 5 años de poder presidencial, lo cual, en vista de la estructura política de México representaba un campo de potencialidad política casi infinito.
El grupo rojo invoca al partido, cuyo secretario general era Luis L. León, portesgilista declarado que, en ausencia de Pérez Treviño fue quien acompañó a Pascual Ortiz Rubio a los E.U. del 3 de diciembre de 1929 al 4 de enero de 1930 este ocupaba la posición más destacada del mismo. Esta liga de rojos con el partido debe considerarse particularmente importante porque este contaba con instrumentos de control en el seno del congreso: los bloques nacionales revolucionarios del senado y la cámara de diputados. El principal instrumento disciplinario de los que controlaban la mayoría de estos bloques era sencillo pero eficaz: la expulsión del bloque, del PNR, o de ambos organismos a la vez.
Cabe destacar que los blancos de ningún modo deseaban la destrucción del partido, pues aunque este se encontrase dominado de momento por los rojos no era considerado un instrumento sino un fenómeno irreversible y conveniente. Sólo debían controlarlo.
Se construyeron las planillas en la Cámara de diputados la blanca que sostenía a Federico Medrano para presidir la primera y Ricardo Márquez Galindo para la segunda. la roja apoya a Gonzalo N. Santos y a Melchor Ortega para esos puestos. los grupos se organizaron de inmediato el mismo día quedó formado el comité pro Medrano.
El día 29 del mismo mes aclaraba Pérez Treviño la postura del partido. Habló en una sesión del Bloque Nacional Revolucionario de la cámara de diputados para señalar que las relaciones entre el BNR y el CEN del PNR, estaban perfectamente determinadas; los asuntos de régimen anterior corresponden al BNR, pero los que tuvieran trascendencia nacional serían asuntos del partido. Pérez Treviño deseaba recordar a los congresistas la hegemonía de éste a nivel de política nacional por lo que las crisis camarales no debían, ni podían, mermar dicha fuerza.
A los rojos les interesaba la consolidación del PNR como instrumento máximo de poder. Defendían la disciplina porque sabían que Luis L. León sabría “disciplinar a los blancos”. Otra oposición que les iba a caracterizar era el antirreeleccionismo camaral. Los blancos fueron eliminados la balanza se empezaba a inclinarse del lado rojo. Las directivas quedaron bajo el control definitivo del grupo rojo. el bloque era el instrumento de control que el partido tenía en las cámaras, por lo que no resulta sorpresivo ver la manifestación de sumisión del mismo al CEN del PNR. Los estatutos señalaban que los bloques se constituyen como órganos parlamentarios de PNR, que su objetivo era la realización, en la esfera legislativa del programa social y político del partido.
El día 11, Campillo reunió al bloque y en la reunión se pudo comprobar sin lugar a duda que la mayoría del senado era blanca. volviendo a la cámara de diputados, la mesa directiva del BNR estaba en manos rojas el bloque atacó a los blancos por ventilar públicamente asuntos internos. como puede verse, la actitud fue idéntica a la de la mesa directiva del BNR del senado, aunque aquella fuese blanca.
Los rojos decidieron contar con la mayoría de la cámara, es decir con 117 firmas. Acusaban a los blancos de escudarse y usar el nombre de Ortiz Rubio y de otros funcionarios allegados a él para propagar sus candidaturas.
El acuerdo al que llegaron en definitiva fue que como los diputados que integraban la permanente eran 15, 7 serían blancos y siete rojos y para compensar el desequilibrio se le dio la presidencia a Gonzalo N. Santos rojo y la vicepresidencia a Rafael Legorrieta, del otro bando. También se acordó que como un rojo ocupaba la presidencia de la comisión permanente, un blanco ocuparía la de la instaladora, por lo que se le dio a Federico Medrano.
La cámara de diputados decidió seguir el ejemplo de los diputados, pero los dos grupos se mantienen intransigentes. pero los blancos que contaban con la mayoría, y con el presidente del BNR, hicieron uso del artículo 63 de la constitución y llamaron a los suplentes. La situación se puso al rojo vivo hasta que la mediación de Luis León permitió llegar a un acuerdo, para calmar todo se les otorga un puesto más a los rojos.
La situación de aparente victoria de los blancos creó un ambiente de gran tensión política. los grupos se encontraban lejos de disolverse, su objetivo ya no habría de ser la integración de las comisiones sino la determinación de sus funciones. los blancos pensaban que al tener mayoría en la permanente la podrían manipular para favorecer sus intereses; querían fortalecer en consecuencia sus funciones para influir en las electorales. los rojos deseaban debilitarla en cambio para reforzar en aspecto la posición del partido.
El nacional fomento, como es natural, la intranquilidad política del momento fue el hecho de que los diputados acordaron instalarse en diferentes comisiones técnicas para permanecer ocupados en el capital, convenios de que aislarse en un momento como aquél podría resultar fatal para sus intereses.
Los rojos, aunque derrotados, habían logrado debilitar de todos modos al grupo ortizrubista al haber captado un porcentaje elevados de los congresistas, y las adhesiones recibidas con el motivo de la expulsión indican que la determinación de calles de apoyar a los rojos fue aprobada de inmediato por los grupos y congresos regionales, demostrando así que, con sólo tomar partido, calles había inclinado de su lado el fiel de la balanza.
Por primera vez en México existe un partido nacional debidamente organizado.
Los hechos obligaron a los congresistas a actuar de forma más abierta. los apoyos de los grupos quedaron destapados y los rojos habrían de apoderarse de la supremacía del partido, incluso contra la voluntad del presidente electo. La lucha estaba en su apogeo, en la misma fecha los miembros de la comisión permanente habían sido expulsados los blancos y trataron de justificar públicamente su actuación debido al propósito de moralizar las comisiones del congreso. La balanza comenzaba a inclinarse hacia el lado rojo. El 15 quedó cerrado el registro y procedió a la votación de las mesas directivas del bloque. Resulta casi innecesario señalar que las directivas quedaron bajo el control definitivo del grupo rojo. un golpe más para el grupo blanco que se vio agravado al menos temporalmente, por una declaración de Pérez Treviño.
El bloque era el instrumento de control que el partido tenía de las cámaras, había una sumisión en el mismo al CEN del PNR, los bloques se constituyen como órganos parlamentarios de PNR, que su objetivo era la realización, en la esfera legislativa del programa social y político del partido y que sus componentes necesitan ser miembros activos del mismo.
A partir de este momento, se iba a dar con mayor fuerza en el seno del partido, ya que habría de producirse, con la entrada de Ortiz Rubio, el cambio de la presidencia del PNR. al congreso, es decir, a la comisión permanente, había de enfrentar la intromisión del partido en cuestiones electorales, hecho que habría de traducirse en el esfuerzo de éste por limitar la injerencia en ellas de dicha Comisión. Los problemas de la misma no iban a ser por lo tanto internos, sino los de sus relaciones con el partido para ver la “tajada” que les dejaba el pastel electoral.
REBELIÓN ESCOBARISTA.
La pugna sorda que les oponía se diluyó con la presencia de Pascual Ortiz Rubio y lo que se dio llamar el ortizrubismo, apareció durante la campaña presidencial de 1929. La única posibilidad de supervivencia política que le quedaba a Portes Gil era aceptar una alianza con calles: los portesgilistas, a pesar de las diferencias ideológicas que les separaban del “jefe máximo”, se convirtieron en callistas.
En cuanto llegó a la presidencia, e incluso durante su gira electoral Pascual Ortiz Rubio intentó sacudirse la vigilancia y las órdenes callistas.
El gobierno de Ortiz Rubio iba a encontrarse, como consecuencia de esa situación, en una crisis política permanente que había de manifestarse en todos los escenarios; en el congreso, en el partido, en el gabinete.
Calles salió de México en mayo de 1929 después de haber acabado con los opositores externos del PNR y dejó el campo libre para que Ortiz Rubio midiese sus fuerzas con las de Portes Gil. Había decidido marcharse y dejar imprecisa su postura política para reservarse la posibilidad de convertirse, al regresar al país, en “el hombre necesario”.
En función de lo anterior resulta evidente el interés que demostraban los diferentes grupos por controlar esas comisiones, ya que en ello les iba su supervivencia política. Los que consiguieran la hegemonía podría aniquilar al grupo contrario sin mayor dificultad. de ahí que la lucha sostenida en el seno del Congreso fuera solo parte de una más amplia y de nivel nacional. El resultado habría de afectar a todas las esferas de poder y por eso se veían obligados a definirse complicando con ello el panorama político nacional.
Por un lado se encontraban los que trataban de fortalecer al presidente electo y para que durante su mandato contase con un congreso leal. Este grupo estaba formado por los ortizrubistas y por los callistas convencidos de que calles deseaba ejercer el continuismo político a través de Ortiz Rubio. era el denominado Blanco el otro era el rojo, procuraba formar un congreso que encontrar su guía o su fuerza en cabezas políticas independientes del presidente en funciones, y que consideraba más fuertes y confiables. en este grupo estaban los portesgilistas y los callistas persuadidos de que calles no pondría a Ortiz Rubio como presidente constitucional sin perder influencia, por ello consideraba lógico que apoyarse a Portes Gil para neutralizar al anterior.
Antes de salir para Europa, había dejado Calles en México a una persona de su absoluta confianza esta persona fue Manuel Pérez Treviño, presidente del CEN del PNR. Por ese motivo Pérez Treviño mantuvo una posición “neutra” hasta la vuelta de calles, en este momento ya tomó partido.
Los dos grupos habrían de recurrir para consolidarse a todos los elementos a su alcance. A los blancos no se les caía de la boca el nombre del presidente electo que significaba, como ya se ha dicho, casi 5 años de poder presidencial, lo cual, en vista de la estructura política de México representaba un campo de potencialidad política casi infinito.
El grupo rojo invoca al partido, cuyo secretario general era Luis L. León, portesgilista declarado que, en ausencia de Pérez Treviño fue quien acompañó a Pascual Ortiz Rubio a los E.U. del 3 de diciembre de 1929 al 4 de enero de 1930 este ocupaba la posición más destacada del mismo. Esta liga de rojos con el partido debe considerarse particularmente importante porque este contaba con instrumentos de control en el seno del congreso: los bloques nacionales revolucionarios del senado y la cámara de diputados. El principal instrumento disciplinario de los que controlaban la mayoría de estos bloques era sencillo pero eficaz: la expulsión del bloque, del PNR, o de ambos organismos a la vez.
Cabe destacar que los blancos de ningún modo deseaban la destrucción del partido, pues aunque este se encontrase dominado de momento por los rojos no era considerado un instrumento sino un fenómeno irreversible y conveniente. Sólo debían controlarlo.
Se construyeron las planillas en la Cámara de diputados la blanca que sostenía a Federico Medrano para presidir la primera y Ricardo Márquez Galindo para la segunda. la roja apoya a Gonzalo N. Santos y a Melchor Ortega para esos puestos. los grupos se organizaron de inmediato el mismo día quedó formado el comité pro Medrano.
El día 29 del mismo mes aclaraba Pérez Treviño la postura del partido. Habló en una sesión del Bloque Nacional Revolucionario de la cámara de diputados para señalar que las relaciones entre el BNR y el CEN del PNR, estaban perfectamente determinadas; los asuntos de régimen anterior corresponden al BNR, pero los que tuvieran trascendencia nacional serían asuntos del partido. Pérez Treviño deseaba recordar a los congresistas la hegemonía de éste a nivel de política nacional por lo que las crisis camarales no debían, ni podían, mermar dicha fuerza.
A los rojos les interesaba la consolidación del PNR como instrumento máximo de poder. Defendían la disciplina porque sabían que Luis L. León sabría “disciplinar a los blancos”. Otra oposición que les iba a caracterizar era el antirreeleccionismo camaral. Los blancos fueron eliminados la balanza se empezaba a inclinarse del lado rojo. Las directivas quedaron bajo el control definitivo del grupo rojo. el bloque era el instrumento de control que el partido tenía en las cámaras, por lo que no resulta sorpresivo ver la manifestación de sumisión del mismo al CEN del PNR. Los estatutos señalaban que los bloques se constituyen como órganos parlamentarios de PNR, que su objetivo era la realización, en la esfera legislativa del programa social y político del partido.
El día 11, Campillo reunió al bloque y en la reunión se pudo comprobar sin lugar a duda que la mayoría del senado era blanca. volviendo a la cámara de diputados, la mesa directiva del BNR estaba en manos rojas el bloque atacó a los blancos por ventilar públicamente asuntos internos. como puede verse, la actitud fue idéntica a la de la mesa directiva del BNR del senado, aunque aquella fuese blanca.
Los rojos decidieron contar con la mayoría de la cámara, es decir con 117 firmas. Acusaban a los blancos de escudarse y usar el nombre de Ortiz Rubio y de otros funcionarios allegados a él para propagar sus candidaturas.
El acuerdo al que llegaron en definitiva fue que como los diputados que integraban la permanente eran 15, 7 serían blancos y siete rojos y para compensar el desequilibrio se le dio la presidencia a Gonzalo N. Santos rojo y la vicepresidencia a Rafael Legorrieta, del otro bando. También se acordó que como un rojo ocupaba la presidencia de la comisión permanente, un blanco ocuparía la de la instaladora, por lo que se le dio a Federico Medrano.
La cámara de diputados decidió seguir el ejemplo de los diputados, pero los dos grupos se mantienen intransigentes. pero los blancos que contaban con la mayoría, y con el presidente del BNR, hicieron uso del artículo 63 de la constitución y llamaron a los suplentes. La situación se puso al rojo vivo hasta que la mediación de Luis León permitió llegar a un acuerdo, para calmar todo se les otorga un puesto más a los rojos.
La situación de aparente victoria de los blancos creó un ambiente de gran tensión política. los grupos se encontraban lejos de disolverse, su objetivo ya no habría de ser la integración de las comisiones sino la determinación de sus funciones. los blancos pensaban que al tener mayoría en la permanente la podrían manipular para favorecer sus intereses; querían fortalecer en consecuencia sus funciones para influir en las electorales. los rojos deseaban debilitarla en cambio para reforzar en aspecto la posición del partido.
El nacional fomento, como es natural, la intranquilidad política del momento fue el hecho de que los diputados acordaron instalarse en diferentes comisiones técnicas para permanecer ocupados en el capital, convenios de que aislarse en un momento como aquél podría resultar fatal para sus intereses.
Los rojos, aunque derrotados, habían logrado debilitar de todos modos al grupo ortizrubista al haber captado un porcentaje elevados de los congresistas, y las adhesiones recibidas con el motivo de la expulsión indican que la determinación de calles de apoyar a los rojos fue aprobada de inmediato por los grupos y congresos regionales, demostrando así que, con sólo tomar partido, calles había inclinado de su lado el fiel de la balanza.
Por primera vez en México existe un partido nacional debidamente organizado.
Los hechos obligaron a los congresistas a actuar de forma más abierta. los apoyos de los grupos quedaron destapados y los rojos habrían de apoderarse de la supremacía del partido, incluso contra la voluntad del presidente electo. La lucha estaba en su apogeo, en la misma fecha los miembros de la comisión permanente habían sido expulsados los blancos y trataron de justificar públicamente su actuación debido al propósito de moralizar las comisiones del congreso. La balanza comenzaba a inclinarse hacia el lado rojo. El 15 quedó cerrado el registro y procedió a la votación de las mesas directivas del bloque. Resulta casi innecesario señalar que las directivas quedaron bajo el control definitivo del grupo rojo. un golpe más para el grupo blanco que se vio agravado al menos temporalmente, por una declaración de Pérez Treviño.
El bloque era el instrumento de control que el partido tenía de las cámaras, había una sumisión en el mismo al CEN del PNR, los bloques se constituyen como órganos parlamentarios de PNR, que su objetivo era la realización, en la esfera legislativa del programa social y político del partido y que sus componentes necesitan ser miembros activos del mismo.
A partir de este momento, se iba a dar con mayor fuerza en el seno del partido, ya que habría de producirse, con la entrada de Ortiz Rubio, el cambio de la presidencia del PNR. al congreso, es decir, a la comisión permanente, había de enfrentar la intromisión del partido en cuestiones electorales, hecho que habría de traducirse en el esfuerzo de éste por limitar la injerencia en ellas de dicha Comisión. Los problemas de la misma no iban a ser por lo tanto internos, sino los de sus relaciones con el partido para ver la “tajada” que les dejaba el pastel electoral.
REBELIÓN ESCOBARISTA.
El 3 de Marzo de 1929, estalló el último movimiento armado de la revolución: la rebelión escobarista en contra del liderazgo político de Calles, cuando en Querétaro se fundaba el PNR, encabezada por un reducto de oficiales del ejército pertenecientes a la corriente obregonista y que intentó oponerse al encumbramiento de Calles como Jefe indiscutido del ‘’sanedrín’’ revolucionario, a la formación del PNR, pero sobre todo a la designación del candidato presidencial que aquel había impuesto.
En diversas partes de la República estallan rebeliones en contra del gobierno de Emilio Portes Gil, acaudilladas por Gonzalo Escobar, Francisco R. Manzo y Jesús Aguirre.
Escobar encabezó un movimiento al que llamó “Renovador”, para darlo a conocer emitió un manifiesto y un plan en Hermosillo, Sonora. Escobar tomó las plazas de Monterrey, Veracruz, Torreón y otras en los estados de Chihuahua, Sinaloa y Sonora. A su movimiento se le conoce como “Rebelión Escobarista” que fracasó derrotado por Calles.
Por una parte, en la Proclama a "Todos los campesinos del País", Escobar, señala su propósito de exigir respeto a las organizaciones campesinas y obreras del país; que defenderá las dotaciones y restituciones de ejidos; fomentará la colonización en las regiones en que la colonia agrícola sea preferible al ejido y fomentará igualmente la cooperación y el crédito agrícola.
Por otra parte, en Hermosillo Sonora, Francisco R Manzo, proclama el plan de Hermosillo En este plan, se reconoce como jefe Supremo de este movimiento y del Ejército Renovador de la Revolución al general de División José Gonzalo Escobar, con facultades para dirigir la campaña militar en el país y para dictar todas aquellas medidas que en el orden militar reclame el triunfo del movimiento y los intereses de la Nación.
El Plan de Hermosillo, expedido el 3 de marzo de 1929, atrajo a 17 mil soldados, que durante la rebelión, saquearon fondos bancarios, destruyeron vías férreas y propiedades gubernamentales. Los daños causados fueron por más de 25 millones de pesos y hubo casi 2 mil muertos.
Al gobierno se le facilitó combatirlos porque siendo agrarista, se apoyó en los agraristas que constituyeron las reservas del ejército ya reorganizado por Joaquín Amaro. Hubo levantamientos militares en Veracruz, Sonora, Chihuahua y Sinaloa en favor de la presidencia provisional del general Gonzalo Escobar. Sin embargo, esta rebelión llevó a la eliminación de sus dirigentes y a una mayor consolidación del nuevo partido.
En diversas partes de la República estallan rebeliones en contra del gobierno de Emilio Portes Gil, acaudilladas por Gonzalo Escobar, Francisco R. Manzo y Jesús Aguirre.
Escobar encabezó un movimiento al que llamó “Renovador”, para darlo a conocer emitió un manifiesto y un plan en Hermosillo, Sonora. Escobar tomó las plazas de Monterrey, Veracruz, Torreón y otras en los estados de Chihuahua, Sinaloa y Sonora. A su movimiento se le conoce como “Rebelión Escobarista” que fracasó derrotado por Calles.
Por una parte, en la Proclama a "Todos los campesinos del País", Escobar, señala su propósito de exigir respeto a las organizaciones campesinas y obreras del país; que defenderá las dotaciones y restituciones de ejidos; fomentará la colonización en las regiones en que la colonia agrícola sea preferible al ejido y fomentará igualmente la cooperación y el crédito agrícola.
Por otra parte, en Hermosillo Sonora, Francisco R Manzo, proclama el plan de Hermosillo En este plan, se reconoce como jefe Supremo de este movimiento y del Ejército Renovador de la Revolución al general de División José Gonzalo Escobar, con facultades para dirigir la campaña militar en el país y para dictar todas aquellas medidas que en el orden militar reclame el triunfo del movimiento y los intereses de la Nación.
El Plan de Hermosillo, expedido el 3 de marzo de 1929, atrajo a 17 mil soldados, que durante la rebelión, saquearon fondos bancarios, destruyeron vías férreas y propiedades gubernamentales. Los daños causados fueron por más de 25 millones de pesos y hubo casi 2 mil muertos.
Al gobierno se le facilitó combatirlos porque siendo agrarista, se apoyó en los agraristas que constituyeron las reservas del ejército ya reorganizado por Joaquín Amaro. Hubo levantamientos militares en Veracruz, Sonora, Chihuahua y Sinaloa en favor de la presidencia provisional del general Gonzalo Escobar. Sin embargo, esta rebelión llevó a la eliminación de sus dirigentes y a una mayor consolidación del nuevo partido.